En medio de una humilde y deteriorada vivienda vive Ania Herra, vecina de Finca de 3 de Osa. Esta valiente mujer se debate entre cuatro paredes de madera vieja y sin pintar, sobre una cama poco salubre y condiciones muy tristes, ella lucha todos los días después de 13 años de estar invalida a causa de un accidente que sufrió con su entonces pareja sentimental.
En ese fatal suceso no solo perdió al padre de sus hijos sino que tambien quedó inmovilizada de la cintura para abajo, con multiples fracturas y dificultades de movimiento en todo el cuerpo, luego de quedar en estado de coma por un tiempo.
Su situación ha sido muy difícil, desde entonces asegura sentirse olvidada, a pesar de eso no pierde la sonrisa con la cual me recibió para contarme su historia. Incorporandose agarrada con un pedazo de tela pegada a la pared para poder sentarse sobre la cama con sábanas desteñidas y un colchón poco adecuado (especialmente para ella debido a su estado), se preparaba para las fotografías; peinandose y maquillandose como para una sesión de revista.
¡Mirá!, aseguró -Yo aprendí a pintarme sin espejo, pues había quedado ciega por un tiempo, entonces a puro pulso puedo encresparme las pestañas-.
Sorprendentemente así lo estaba haciendo, mientras me explicaba como en su cama hace todo tipo de necesidades que van desde bañarse, lavarse los dientes, orinar, defecar y hasta comer.
En cuanto a su alimentación, le pregunte como hacia con su comida, ya que lógicamente le es imposible prepararsela, me aseguró que su vecina, una señora mayor, es la que le hace y le trae hasta la cama la comida, el fresco y el café.
Durente todos estos años de estar invalida, Ania ha solicitado muchas ayudas a distintos lugares, las cuales aún sigue esperando. A pesar de ser evidentes todas las necesidades que esta aferrada mujer tiene, hay una en especial por la cual clama; una silla de ruedas eléctrica, pues la que tiene actualmente es prestada y esta en muy mal estado.
Asegura que para ella es muy difícili movilizarse hasta el centro de salud, pues la mayoría de los buses no cuentan con las rampas necesarias para transportar a personas en su condición y si le sumamos que no tiene un medio adecuado para su traslado, su situación se torna aun mas complicada.
Pero no solo esa necesidad tiene Ania, la cual cada vez se le hace mas urgente, pues también hay otras cosas que son de uso diario y las que según ella no puede obtener del todo por medio de su pensión, ya que
esta no le alcanza. Pañales, artículos de higiene personal, ropa, comida, materiales para hacer manualidades, son algunas de las necesidades que esta valiente mujer solicita muy encarecidamente.
esta no le alcanza. Pañales, artículos de higiene personal, ropa, comida, materiales para hacer manualidades, son algunas de las necesidades que esta valiente mujer solicita muy encarecidamente.
Aunque tiene grandes motivos por los cuales sentirse deprimida, esta ejemplar mujer no deja de sonreirle a la vida y afirma que despertar todos los días es un milagro por el cual le agradece a Dios con gran devoción.
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